La historia nos cuenta el romance entre Annie Hall (Diane Keaton) y Alvy Singer (Woody Allen), retratado de manera natural entre las inmensidades de Nueva York.
Annie Hall es una comedia romántica única, no de ese tipo a la que Hollywood nos tiene acostumbrados. Aquí queda de lado las escenas sexuales y actores con cuerpos monumentales para dar paso a la inteligencia y buen sentido del humor.
Woody Allen rompe la barrera de la pantalla y el espectador cuando en ciertas escenas fija su mirada a la cámara para contarnos sus sentimientos ante la situación que enfrenta. Una manera sencilla y eficaz para crear empatía y mayor dinamismo a la comedia.
Las actuaciones son totalmente humanas e íntimas. Ambos personajes se encuentran bien ejecutados y evolucionan de manera natural a lo largo del filme; sobre todo el de Alvy Singer, quien cuenta con una excéntrica personalidad capaz de enamorar o sacar de quicio a cualquiera.
Una dirección simple pero efectiva que centra su atención en lo más importante, el guión. Cada palabra describe de manera fabulosa lo que son las relaciones humanas y amorosas. Sus diálogos son profundos, bien elaborados y muy divertidos.
Annie Hall reúne todo lo que es Woody Allen. Hasta la fecha es considerada su obra mejor valorada. Es un divertido acercamiento a las relaciones amorosas, contada por unos personajes únicos y la mente maestra de su director.
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